Los túneles de la historia

*Cuando creemos que conocemos nuestra historia, surge un túnel de casi medio kilómetro y tres siglos y medio de antigüedad en la ciudad de Puebla, bautizado como Pasaje Histórico 5 de Mayo; tenemos aún bajo nuestros pies mucha historia por ser descubierta

Édgar Ávila Pérez

Puebla, Pue.- El aroma a humedad impacta de inmediato. Conforme se desciende por los escalones, el frío abraza al cuerpo y la luz natural desaparece poco a poco y es sustituida por la luminosidad artificial.

La mirada se concentra en un solo punto: un enorme, largo y serpenteante túnel que cambia de tonalidades, desde un azul cielo hasta un fulgor blanco que hacen resaltar las antiguas rocas que mantienen en pie la estructura.

El crujir de la arenilla del piso resuena en la estructura de una de las obras de ingeniería más relevantes de la Nueva España, un túnel que maravilla por sus 477 metros y su antigüedad aproximada de tres siglos y medio.

Una sensación de autoridad el avanzar y sentir el poder de esas piedras que mantienen en pie el pasadizo al que se accede desde las postrimerías del Barrio bravo de Xanenetla, hasta las inmediaciones de los históricos Fuerte de Loreto y Guadalupe, donde se llevó la mítica Batalla del 5 de Mayo.

Bautizado como el Pasaje Histórico 5 de Mayo, se estima que podría datar de la segunda mitad del siglo XVII y los historiadores coinciden que forma parte de una antigua y extensa red hidráulica que fue conocida como Caz o Acequia Maestra que abasteció de agua dulce a la colonia ciudad de Puebla.

Al adentrarse, aparecen sobre los costados vestigios, debidamente cuidados y protegidos, de utensilios hallados durante las excavaciones de este sitio registrado en el Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH): balas antiguas, herraduras, hebillas, cuchillos, bayonetas, envases de vidrio y balanzas.

La propia estructura es un museo viviente, con sus diferentes estilos arquitectónicos, con sus diferentes sistemas de arcos que han sostenido las estructuras a través de los siglos y sus composiciones de piedras lascas, rocas pulidas y pegadas con los materiales disponibles de la época hasta formar un arco de medio punto y con una apariencia similar a la bóveda catalana.

En las paredes que se recorren, surgen leyendas, hechos reales y suposiciones de la estructura, como aquella que dice que hay indicios de que el tramo de Xenentla podría ser una red subterránea de entre 10 y 12 kilómetros, según un plano hipotético del historiador y periodista Enrique Cordero.

Se cuenta que los túneles fueron usados como posibles usos de estrategia de combate para la defensa de la ciudad de Puebla en la Batalla del 5 de Mayo en 1862 contra el ejército francés, una hipótesis que trascendió el tiempo.

La memoria histórica, plasmada en diarios de los años setentas, relata el hallazgo de una madriguera de delincuentes de los barrios antiguos de la Puebla de los Ángeles: “El escondrijo se encuentra situado en un antiguo acueducto que mide más de tres metros de ancho por otros tanto de alto, la boca estaba semicubierta con basura”, relata el periódico La Opinión en un indicio de los antiguos túneles.

Incluso, el diario de la época reportaba que había sido localizada “otra guarida en Xanenetla y que esta comunica con varias vecindades de ese barrio, los Bandidos utilizaban el subterráneo que va Los Fuertes”. Indicios de lo que hoy sorprende.

 

 

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